"¡Bienvenidos Siervos!"

Scritto il 20/01/2024
da Carla Licata


"¡Bienvenidos Siervos!" Así nos recibieron en México los Asociados SdS de Guadalajara que, junto al querido P. Juan Pablo Cerrillos, esperaban con alegría nuestra llegada y esta esperada misión, en la que participaron todos aquellos que, aún a la distancia, nos acompañaron con su oración y cercanía.
Fueron días plenos e intensos -llenos de Palabra de Dios, de compartir y de comunión fraterna- que nos permitieron conocer, tanto en Guadalajara como en Tequila, la realidad y los lugares de oración donde se reúnen nuestros asociados y simpatizantes mexicanos. De manera especial, fue un gran regalo poder compartir en persona, con estos hermanos y hermanas nuestros, la belleza de nuestro carisma y la alegría de pertenecer a una misma Familia y a una misma Misión, la del Padre Pío y la de nuestro Padre Fundador Pierino Galeone. En México, también tuvimos la gracia de encontrarnos con el Obispo Auxiliar de Guadalajara, S.E. Mons. Héctor López Alvarado, quien nos escuchó con gran alegría, resaltando la importancia y necesidad de "servir el sufrimiento", animándonos a todos con palabras de esperanza.
Después de México nos esperaba con los brazos abiertos California. Aquí también pudimos conocer la realidad de los asociados SdS, tanto de Watsanville como de Modesto, pero también conocimos a muchas otras personas y a varios jóvenes, con los que pudimos compartir, a través de breves testimonios, nuestras experiencias de vida y nuestro camino de fe. También hemos sido acogidos por muchos sacerdotes que nos han hospedado en sus parroquias, donde cada vez más personas -inmediatamente después de participar en nuestros momentos de oración y encuentros- se han acercado a nosotros interesados en expresar su amor por el Padre Pío y un fuerte deseo de profundizar en el carisma de los Siervos del Sufrimiento.
Tanto en México como en California, fuimos acogidos por familias de asociados que, incluso antes de hospedarnos en sus casas, nos dejaron entrar en sus corazones con una cálida e inolvidable acogida y una alegría contagiosa.
Un solo corazón y una sola alma: ¡esa fue nuestra primera "misión"!